“Es un premio muy importante para mí, dado que supone el reconocimiento a cuatro -casi cinco- años de intenso trabajo”, ha destacado. “Por su parte, lo valoro aún más dado que soy mamá de un niño de cuatro años y de otro de un año, con lo cual he tenido que compaginar la maternidad con el trabajo de investigación, y la redacción de la tesis y preparación de la defensa con la crianza de un recién nacido, que creo de alguna forma es un mérito añadido”, ha añadido Esther Cuadrado. La tesis se enmarcaba en un proyecto de I+D+i del Ministerio de Economía y Competitividad (Mineco) y fue dirigida por Carmen Tabernero.
A través de siete diferentes estudios experimentales, desde el grupo de investigación al que pertenece Cuadrado se han explorado cómo ciertas características individuales (como por ejemplo la confianza) predicen el comportamiento prosocial (esto es los comportamientos de ayuda o cívicos de los individuos). Especialmente, la tesis se ha centrado en dos campos de estudio especialmente relevantes dado el contexto social actual, uno que es la exclusión social, y otro que es la escasez de recursos medio ambientales (específicamente la escasez de agua), explica Cuadrado.
Resultados
Los resultados de los diferentes estudios apuntan a ciertas medidas socioeducativas y formativas que serían de aplicabilidad en campos tan dispares como la educación o el mundo agrario, y que permitirían fomentar los comportamientos prosociales y proambientales en los individuos. La autora destaca dos de estas medidas: promover el aprendizaje en contextos cooperativos que permitan crear un marco de referencia cooperativo sobre el que los individuos puedan basar sus acciones y establecer las redes de apoyo.
A partir de este amplio trabajo de investigación, el equipo investigador ha observado que hay un efecto de interacción entre los conocimientos proambientales y los contextos de cooperación. “Sería de interés en los currículos educativos fomentar ambos aspectos desde el ámbito educativo, es decir, trabajar en contextos de cooperación más que en contextos competitivos, y además incorporar en los currículos educativos mayores niveles de conocimientos relacionados con el comportamiento proambiental”, ha valorado la premiada.
Cuadrado pretende proseguir su carrera investigadora en la temática de comportamiento prosocial y proambiental y estudiar otras variables que se puedan relacionar también con dichos comportamientos. Asimismo, a partir de la realización de un máster en Psicología Aplicada a la Educación y el Bienestar Social en 2009, le gustaría retomar la investigación sobre procesos de aculturación en unas sociedades cada vez más plurales. “Quizá mi interés en esta temática se relaciona con el hecho de ser yo misma inmigrante, dado que soy de nacionalidad francesa, aunque tenga orígenes españoles y andaluces de hecho”, ha subrayado.
Actualmente, Cuadrado participa en un proyecto de I+D+i para medir la influencia de ciertas variables psicológicas en la adherencia a la dieta en pacientes con afecciones cardíacas, en colaboración con el Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba (IMIBIC).
Agradecimientos
La investigadora ha querido manifestar su agradecimiento a “todos los integrantes del Centro de Estudios Andaluces, a las personas que han tomado parte en el proceso de evaluación, al ministerio para brindarme la oportunidad de ser becaria FPU y asimismo fomentar mi labor investigadora, al equipo de investigación del que formo parte por apoyarme y arroparme en todo momento, y evidentemente a Carmen Tabernero, mi directora de tesis, por su inconmensurable labor de dirección y su gran valor como amiga, y finalmente a mis familiares, y en especial a mi madre, mi marido y mis dos hijos por su apoyo incondicional”.
