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Martes, 13 de Febrero de 2007 12:21

Los herbarios de las universidades de Almeria, Córdoba, Granada, Málaga y Sevilla participan en un proyecto mundial sobre biodiversidad.

G.C. - C.M.
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Los herbarios andaluces de las universidades de Málaga, Almería, Granada, Córdoba y Sevilla participan en un proyecto mundial que pretende volcar en Internet para el año 2010 toda la información sobre organismos vivos conocidos en el planeta para su consulta gratuita. En España, el programa está subvencionado por el Ministerio de Educación y Ciencia.

"Es el proyecto del 'genoma humano' de la biodiversidad", reza en la página web de la Global Biodiversity Information Facility (GBIF), entidad promotora de la iniciativa. "Se trata de crear una red de bases de datos interconectadas que sea una herramienta básica para el desarrollo científico de los países y que contribuya a una mejor protección y uso de la biodiversidad en el planeta", según se explica en el portal. El proyecto se ocupa de todos los organismos vivos, sean animales o plantas.

Los herbarios se dedican a reunir ejemplares de especies botánicas. Plantas como el pinsapo, flores como una orquídea; helechos, musgos, algas y hongos son parte de estas colecciones científicas que permiten conocer la variedad de especies de un ecosistema determinado. Los herbarios andaluces aportarán al GBIF los datos de las especies vegetales de su entorno, según explica el responsable del Herbario MGC del Departamento de Biología Vegetal de la Universidad de Málaga (UMA) y director del departamento, Baltasar Cabezudo.

El investigador aclara que esta iniciativa no busca especies desconocidas, sino que intenta poner al día los conocimientos que ya existen almacenados en las colecciones científicas. "Conocer una especie no sólo es saber su nombre, sino su distribución, ecología, fenología, morfología, o estructuras reproductivas, entre otras”, precisa el experto. Precisamente, uno de los puntos fuertes del proyecto del GBIF es que en el futuro podrá localizarse la situación de cualquier especie vegetal mediante coordenadas geográficas, otorgando a cualquier investigador o gestor la oportunidad de observar y localizar en plena naturaleza una planta o un hongo difíciles de encontrar.

Furtivos de la botánica

Los datos de localización geográfica por coordenadas GPS ya son públicos en algunos de los casos. No obstante, a pesar de que la información sea gratuita y accesible para cualquiera, existe una restricción en cuanto a especies amenazadas y endémicas. "En estos casos no podemos hacer públicos los datos de localización porque hay recolectores coleccionistas que no tendrían escrúpulos en usarlos para acceder a estas especies y llevárselas", se lamenta el catedrático de la UMA. Otra apuesta interesante del proyecto del GBIF en una fase posterior consiste en incluir fotografías digitales de cada una de las especies de la base de datos de manera que cualquiera pueda hacerse una idea del aspecto de la planta o el hongo.

Una colección 'viva'

El Herbario MGC cuenta con alrededor de 75.000 pliegos de herbarios catalogados, cifra que crece cada mes con la incorporación de nuevos materiales. Baltasar Cabezudo explica que mensualmente se informatizan, para el proyecto GBIF, los datos de entre 1.500 y 2.000 pliegos del herbario. La información que se introduce de cada especie incluye campos como su nombre científico, lugar y fecha de recolección, nombres del recolector y del identificador y la ecología de la planta.

El patrimonio vegetal del Herbario de la UMA se sustenta, sobre todo, en especies del Mediterráneo Occidental, tanto de España como de Marruecos. Conserva un amplio catálogo de especies endémicas y amenazadas. Destacan plantas con flores, helechos y algas aunque también cuenta con briofitos y líquenes. Cabezudo indica qué territorios son los que mejor tienen representada su diversidad vegetal en la colección científica: "Los Parques Naturales de Los Alcornocales, Sierra de las Nieves, Sierras Tejeda, Alhama y Almijara, los ecosistemas terrestres y marinos del litora se guardan muestras de esporas y granos de polen de la mayoría de las especies con representación en la colección y que es fundamental para el estudio aerobiológico de la atmósfera que respiramos.

Una de las razones que amparan la importancia del herbario malagueño es que, según su responsable, entre el 20 y el 30 por ciento de su patrimonio se encuentra normalmente prestado a otros centros de investigación. "El herbario está reconocido internacionalmente con las siglas MGC y es miembro de la Asociación de Herbarios Iberomacaronésicos", añade el doctor Cabezudo.

Apoyo institucional

Detrás de un herbario hay mucho trabajo. Primero recoger la planta en su hábitat natural. A continuación, secarla o congelarla. Más tarde analizarla e identificarla para, posteriormente, informatizar sus datos. La tarea no termina aquí. Aún hay que mantener en condiciones óptimas la colección. Baltasar Cabezudo se lamenta de que el herbario tenga dificultades en este sentido: "La Universidad de Málaga colabora excepcionalmente en cuanto a ubicación e infraestructura se refiere, disfrutamos de muy buenas instalaciones y hay que agradecerlo. Sin embargo, no puedo decir lo mismo en cuanto al personal". El investigador hace hincapié en la necesidad de contar con un conservador especializado: "Un herbario no es una colección de sellos. El material es orgánico y se degrada, por lo que tiene que ser controlado continuamente. Con un conservador daríamos un salto cualitativo porque, hasta ahora, el herbario se ha mantenido gracias al trabajo desinteresado de alguno de los investigadores. No tenemos que olvidar que la conservación, mantenimiento y custodia de las colecciones científicas están asignadas a sus titulares, en este caso las universidades, por la Ley de la flora y fauna silvestre de Andalucía”.

( De "Andalucia Investiga")