Viernes, 20 de Marzo de 2009 19:49

Investigadores de la Universidad de Córdoba coordinan un estudio a nivel andaluz sobre cómo el cambio climático afecta a los procesos alérgicos

G.C. - C.M.
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¿Qué impacto ejerce el cambio climático en las personas alérgicas? La respuesta a esta cuestión está entre los objetivos que quiere alcanzar el equipo de Carmen Galán, investigadora de la Universidad de Córdoba (UCO) y coordinadora de la Red Andaluza de Aerobiología (RAA), en su estudio Análisis del polen atmosférico como bioindicador de la calidad del aire y de los efectos del cambio climático en la fenología y biodiversidad de los ecosistemas andaluces. Este proyecto de excelencia de la convocatoria de 2006 está financiado por la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa con 190.000 euros y tiene vigencia hasta 2010. En él participan expertos de las universidades de Jaén, Granada, Málaga y Sevilla, además de los pertenecientes a la UCO, Universidad desde la que se coordina la investigación.


Andalucía, por su situación geográfica, se considera muy vulnerable al calentamiento global. El aumento de las temperaturas y la menor disponibilidad de agua registrada en los últimos años están afectando a la floración en estas tierras. Dichas modificaciones influyen en el contenido de polen del aire, que es el medio que utilizan muchas plantas para dispersarse, y también en la época en la que se produce este proceso.


"Hemos observado una mayor intensidad en la floración y un aumento de las temperaturas y los niveles de CO2 en el aire, que favorece la actividad biológica de las plantas, lo que repercute en un crecimiento del contenido de polen en el aire", afirma Galán. Esto puede contribuir al incremento de casos de alergia. Además, un adelanto o un retraso de la floración de algunas especies respecto a otras está provocando que, en ocasiones, coincidan en el tiempo granos de polen de diferentes especímenes que producen alergia.

La solución: prevenir

Para luchar contra esta situación la única solución que encuentra la coordinadora de la RAA es "la medicina preventiva", es decir, "disminuir el contacto con el polen al que somos alérgicos". Es una tarea difícil porque hay que "“conocer el periodo de polinización de la planta e identificarla para evitar su proximidad". Esto debe tenerse en cuenta a la hora de elegir el lugar de trabajo o residencia y los destinos vacacionales.

"Algunos artículos científicos -argumenta la experta- destacan que la síntesis de ciertas proteínas relacionadas con las afecciones respiratorias es inducida por partículas diesel y ozono en el aire; se trata, por lo tanto, de un problema causado por un cambio global, por la intervención del hombre que está provocando cambios atmosféricos, climáticos y de usos de territorio, con todo lo que esto conlleva", apostilla.


Desde comienzos de los noventa se registran modificaciones en los periodos de floración de especies, más frecuentes en el interior que en la costa andaluza. Aunque fue en 2008 cuando, por primera vez, la Consejería de Medio Ambiente incluyó en su Informe de Medio Ambiente 2007 los impactos potenciales del cambio climático en las salud de la población.


Las alergias presentan un alto grado de certidumbre en toda la región provocado por "cambios en la fenología que adelantan los períodos de floración". Además de esta enfermedad, las variaciones en las temperaturas marcadas por los termómetros andaluces hacen que la morbilidad y mortalidad por efecto de olas de calor o de frío sean un grave problema, sobre todo, en capitales de provincia y otras ciudades con alto nivel poblacional. Entre las realidades de gran impacto están los efectos asociados a la contaminación atmosférica por la mayor generación y afección de los contaminantes debido al incremento de las temperaturas.

TV ( De "Andalucía Investiga")