Page 19 - El Síndrome de Disfunción Cognitiva en el gato doméstico (Felis silvestris catus)
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vez y que los signos clínicos suelen ser inespecíficos o poco evidentes, sobre todo en las etapas iniciales, en las que sería ideal diagnosticarlas (Davies, 2006).
El hipertiroidismo es una enfermedad habitual en gatos mayores. En un estudio sobre hipotiridismo felino en España se valoraron 207 gatos, de los cuales lo padecían entre el 10 y el 14 % de los animales, cifras muy similares a las registradas en otros países como Alemania, USA y Japón (Periáñez et al., 2015). Los signos clínicos más comunes son pérdida de peso con aumento del apetito, diarrea, polidipsia y poliuria (PD/PU). Otros signos menos comunes son vómitos e hiperactividad, siendo éstos últimos signos los que pueden confundirse con los del SDC (Landsberg et al., 2012).
Un 10 % presenta un hipertiroidismo apático con signos diferentes a los habituales, tendiendo al sedentarismo y al aumento de peso, y frecuentemente presentan otras enfermedades derivadas de ésta como la insuficiencia cardiaca congestiva (Esteban et al., 2013).
Las enfermedades renales también son importantes a considerar. Los signos clínicos más evidentes de la enfermedad renal crónica (ERC) son poliuria/polidipsia, disminución del apetito, letargia, pérdida de peso, halitosis y vómitos (Davies, 2006). Un buen indicativo de que el animal se encuentra en una fase temprana de ERC es que presente halitosis junto a pérdida de peso (Bellows et al., 2016). Los animales pueden presentar también ansiedad y depresión, razón por la cual debemos incluir esta patología en el diagnóstico diferencial.
La hipertensión arterial puede darse de forma primaria (idiopática) o bien puede ser secundaria a otra enfermedad, por ejemplo a la diabetes mellitus, hipotiroidismo y sobre todo a la ERC, siendo ésta la principal causa de hipertensión secundaria en gatos (Taylor et al., 2017). Puede producir problemas oculares al dañar los capilares de la retina, la cual puede llegar a desprenderse, e incluso signos nerviosos (Davies, 2006).
Por último, la diabetes y las enfermedades hepáticas deberán ser valoradas y descartadas, puesto que en ambas se pueden presentar signos que pueden confundirse con los del síndrome de disfunción cognitiva, además de que ambas pueden producir signos nerviosos; neuropatía en diabetes mellitus y encefalopatía hepática (Davies, 2006).
Otras causas
Cabe la posibilidad de que los signos que está presentando el animal se deban a problemas comportamentales en sí mismos, por ejemplo la ansiedad por separación, el estrés o la agresividad. Es importante buscar la causa subyacente a este tipo de problemas, ya que en raras ocasiones el problema de comportamiento es primario y no hay causa que lo justifique (Tuzio, Elston, Richards, Jarboe, & Kudrak, 2004).
Ortiz Martínez, Menor-Campos
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