Page 45 - Geopolítica del Mundo Actual. Una Visión Multidisciplinar
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 GEOPOLÍTICA DEL MUNDO ACTUAL. UNA VISIÓN MULTIDISCIPLINAR
Cultura de Paz, Conflictos, Educación y Derechos Humanos
simple conversación ociosa de sobremesa, sino que preten- de contribuir eficazmente al trabajo por la paz y a la lucha por la justicia a nivel planetario, las religiones tienen que llevar a cabo una serie de reformas en su interior y en las relaciones con la sociedad que a continuación enumero sin pretensión alguna de exhaustividad.
Las religiones deben desdogmatizarse y etizarse; en otras palabras, han de dar prioridad a la ética sobre la dogmáti- ca. Ésta genera división entre las religiones e incluso crea escisiones dentro de cada religión. La ética, empero, acerca a las religiones y permite llegar a consensos en torno a unos mínimos morales que pueden contribuir a fortalecer la ética cívica. Para ello deben liberarse del asedio del mercado y del allanamiento del pragmatismo imperante a los que se ven sometidas tanto las religiones como la propia ética, según el testimonio antes citado del sociólogo húngaro Zygmunt Bauman45.
Las religiones tienden a rechazar la hermenéutica y a utilizar un lenguaje realista y a desestimar el lenguaje simbólico. Yo creo que han de invertir la tendencia limitan- do el uso del lenguaje fáctico y potenciar el lenguaje simbólico, metafórico, utópico, alternativo, que es el más propio de las religiones.
La mayoría de las religiones funcionan de manera autori- taria, de arriba abajo y apenas cuentan con cauces de participación de los creyentes en su seno. La voluntad de Dios tiende a identificarse con la voluntad de sus dirigen- tes que se impone verticalmente a sus miembros, que se convierten en comparsas. Por eso resulta una exigencia prioritaria la democratización radical de las instituciones religiosas desde sus cimientos. Democratización que ha de empezar por la propia estructura y ha de extenderse a su organización y funcionamiento en todos los campos de su ser y de su quehacer. Para que la democratización sea real, habrá de guiarse por el principio “un creyente, una creyen- te, un voto” y deberá reconocer los derechos humanos en el interior de las instituciones religiosas.
La democratización debe hacerse desde la perspectiva de género, ya que la exclusión de la mujer del mundo de lo sagrado es práctica común en la mayoría de las religiones, por no decir en todas. Una democratización sin reconoci- miento de las igualdad de derechos y deberes para hom- bres y mujeres; una democratización sin el acceso de las mujeres a los espacios de responsabilidad y a los ámbitos de dirección es una contradictio in terminis. Las mujeres en las religiones han de pasar de la mayoría silenciada y silenciosa a sujetos sociales, políticos, religiosos, morales y teológicos.
Un ejercicio muy sano de reforma es ejercer la autocrítica en el seno de cada religión y acoger la crítica que viene de fuera. Y junto a la crítica y la autocrítica, el mutuo apren- dizaje de unas religiones de otras. Ninguna religión tiene toda la verdad, ni toda la moralidad, ni toda la sacudiría, ni toda bondad. Las religiones están llamadas a humani- zarse, siguiendo la máxima de Terencio “nada humano me es ajeno”. Debe recuperar la entraña humanista de Dios, de los dioses. “Humano como Cristo, sólo Dios”, decía el teólogo cristiano Leonardo Boff. Expresión que puede aplicarse a los dioses de las distintas religiones. El amor a Dios lleva derechamente al amor al prójimo: ambos son inseparables.
Exigencia fundamental es la recuperación de la mística, núcleo fundamental y elemento común a todas las religio- nes, lugar de convergencia y de encuentro. La mística constituye la verdadera alternativa a los fundamentalis- mos y su auténtica superación. Para ello es necesario eliminar los estereotipos que existen sobre los místicos considerados personas pasivas y ajenas al mundo. Con la historia en la mano, se puede comprobar que los místicos de todas las religiones fueron personas críticas del poder, rebeldes frente al orden establecido y comprometidas con la reforma de las instituciones tanto religiosas como políticas y sociales46.
  45 Cf. Zygmunt Bauman, La sociedad individualizada, Cátedra, Madrid, 2001, pp. 204 ss. Cf. La cultura como praxis, Paidós, Barcelona, 2002; La sociedad sitiada, Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, 2004.
46 Cf. Juan José Tamayo, “La mística como superación del fundamentalismo”, en Mística y sociedad en diálogo, o. c., pp. 155-180.
 Cátedra Unesco de Resolución de Conflictos
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