Page 43 - Geopolítica del Mundo Actual. Una Visión Multidisciplinar
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 GEOPOLÍTICA DEL MUNDO ACTUAL. UNA VISIÓN MULTIDISCIPLINAR
Cultura de Paz, Conflictos, Educación y Derechos Humanos
peor aún, en destructor de sí mismo. La existencia misma del ser humano no se entiende sin referencia al otro, a los otros con quienes comunicarse. Lo expresaba certeramen- te Desmond Tutu: “yo soy si tú eres”. La madurez y la realización integral de la persona requieren un ámbito de referencia: la projimidad.
El ser moral de la persona implica la alteridad y no se entiende sin la mediación dialógica: la ética comienza cuando los otros entran en escena. La sociabilidad no es un accidente ni una contingencia; es la definición misma de la condición humana, afirma Todorov, quien cita el ensayo de Rousseu Essai sur l’ origine des langues: “Aquel que quiso que el hombre fuera sociable tocó con el dedo el eje del globo y lo inclinó sobre el eje del universo”37.
- El diálogo forma parte, igualmente, de la estructura del conocimiento y de la racionalidad. La razón es dialógica, no autista, intersubjetiva, no puramente subjetiva. El autismo constituye una de las patologías de la epistemolo- gía. Nadie puede afirmar que posee la verdad en exclusiva y en su totalidad. Menos aún decir, remedando al Rey Sol: “La razón soy yo”. Todo lo contrario. Es mejor seguir la consigna de Antonio Machado cuando decía: “¿Tu verdad? No, guárdatela. La verdad. Y vamos a buscarla juntos”.
El diálogo requiere argumentación, como paso necesario en toda búsqueda y momento vital en el debate; de lo contrario no se produce avance alguno; siempre se está en el mismo sitio. Argumentación que exige exponer las propias razones, pero también escuchar las razones del otro.
- El diálogo es una de las claves fundamentales de la hermenéutica. Es la puerta que nos introduce en la comprensión de los acontecimientos y de los textos de otras tradiciones culturales y religiosas o de los aconteci- mientos y de los textos del pasado de nuestra propia tradición. ¿Qué otra cosa es la hermenéutica sino el diálogo del lector con dichos textos y acontecimientos en busca de significado, de sentido? Gracias a él podemos superar la distancia, a veces abismal, de todo tipo: cronoló- gica, cultural, antropológica, entre los autores y protago- nistas de ayer y los lectores de hoy. Sin diálogo con los textos y los acontecimientos, éstos no pasan de ser referen- tes arqueológicos del pasado u objetos de curiosidad sin significación alguna en y para el presente. La conversa- ción, cree David Tracy, puede funcionar como modelo de toda interpretación. A su vez, la religión constituye la realidad más plural, ambigua e importante, al tiempo que
la más difícil y, por ello, la mejor prueba para cualquier teoría de la interpretación38.
El ser humano vive y actúa, piensa y delibera, comprende y cree, juzga y experimenta, bajo el signo de la interpreta- ción. Coincido con Tracy en que “ser humano es actuar reflexivamente, decidir deliberadamente, comprender inteligentemente, experimentar plenamente. Lo sepamos o no, el ser humano es un hábil intérprete”39.
Todo acto de interpretación implica tres realidades: un fenómeno a interpretar, alguna persona que lo interprete y la interacción o dialogo entre ambas. El fenómeno a interpretar puede ser una ley, una acción, un símbolo, un texto, un acontecimiento, una persona. La persona que lo interpreta puede ser individual o colectiva. El diálogo entre ambos es precisamente el acto hermenéutico por excelen- cia.
- El diálogo se presenta como alternativa al fundamenta- lismo y al integrismo cultural o religioso, como antídoto frente a la ideología del “choque” o el enfrentamiento entre culturas y religiones y frente a toda amenaza totalitaria. La fuerza del diálogo se impone sobre cualquier otro mecanismo de poder, incluida el militar, al que suele recurrirse para imponer modelos políticos y condiciones absolutas a la convivencia40.
- A favor del diálogo interreligioso habla la historia de las religiones, que muestra la riqueza simbólica de la humani- dad y la pluralidad de manifestaciones de lo sagrado, de lo divino, del misterio en la historia humana, la diversidad de mensajes y de mensajeros no siempre coincidentes y a veces enfrentados, y las múltiples y diferenciadas respues- tas a las múltiples preguntas en torno al origen y el futuro del cosmos y de la humanidad, sobre el sentido de la vida y de la muerte. La uniformidad constituye un empobreci- miento del mundo religioso. Debe reconocerse y afirmarse, por ende, la pluralidad y la diferencia como muestras de la riqueza de dicho mundo. Quizás el frecuente recurso al anatema de los creyentes de unas religiones contra los de otras se deba a la ausencia de la asignatura de historia de las religiones en los curricula escolares y a la presentación de cada religión como único camino de salvación con exclusión de las demás41.
- La verdad no se impone por la fuerza de la autoridad, sino que es fruto del acuerdo entre los interlocutores tras una larga y ardua búsqueda, donde se compaginan el consenso y el disenso. Esto es aplicable al conocimiento
  37 Tzvetan Todorov, Vida en común, Taurus, Madrid, 2008, p. 33.
38 Cf. David Tracy, Pluralidad y ambigüedad. Hermenéutica, religión, esperanza, Trotta, Madrid, 1997.
39 I bid., p. 23-24, subrayado mío.
40 Cf. Juan José Tamayo, Fundamentalismos y diálogo entre religiones, Trotta, Madrid, 2004; Juan José Tamayo y María José Fariñas, Culturas y religiones en diálogo, Síntesis, Madrid, 2007.
41 Cf. Giovanni Filoramo, Marcello Massenzio, Massimo Taveri y Paolo Scarpi, Historia de las religiones, Crítica, Barcelona, 2000; id., Enciclopedia de las religiones, Akal, Madrid, 2001.
 Cátedra Unesco de Resolución de Conflictos
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