Page 13 - Geopolítica del Mundo Actual. Una Visión Multidisciplinar
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 GEOPOLÍTICA DEL MUNDO ACTUAL. UNA VISIÓN MULTIDISCIPLINAR: Cultura de Paz, Conflflictos, Educación y Derechos Humanos
  y a las deudas a largo plazo. El resultado final es que el país incumplidor no tiene más remedio que doblegarse a la voluntad de la nación dominante. Tal esclavitud es completamente inmoral.
Desde el principio, el islam también estableció los derechos de los no musulmanes y aconsejó a los musulmanes que ejercitaran la moderación, por el bien de la paz y la unidad de la sociedad. Por ejemplo, en el capítulo 6, versículo 109, el Sagrado Corán declara que los musulmanes no deben siquiera hablar en contra de los ídolos de las personas no religiosas, ya que eso podría provocar que los últimos hablen en contra de Dios Altísimo.
Por lo tanto, para garantizar que las tensiones no se agraven, y para proteger a la sociedad de un círculo vicioso de odio y hostilidad, los musulmanes han recibido la instrucción de mostrar paciencia en todo momento.
En el poco tiempo disponible, he mencionado sólo algunos puntos que ilustran los derechos de la humanidad que el islam promueve. Espero que lo que he dicho os proporcione la confianza de que el islam no es una amenaza para la civilización occidental o para su cultura. Si hay musulmanes que usurpan los derechos de los no musulmanes, es sólo porque rechazan las enseñanzas del islam, o las ignoran por completo. Deshonran al islam y sólo consiguen difamar su nombre intachable.
En conclusión, no hay duda de que estamos viviendo en un mundo que está en vilo, y me temo que la precaria situación a la que nos enfrentamos pueda agravarse en cualquier momento.
Las personas deben darse cuenta de que las palabras pueden tener consecuencias de largo alcance y, por lo tanto, en lugar de hablar de un choque de civilizaciones, o de incrementar innecesariamente las tensiones entre diferentes comunidades, las personas deben abstenerse de atacar a las enseñanzas religiosas de los demás.
En lugar de tratar de imponer restricciones a las expresiones de la fe, debemos reconocer que todos somos parte de una raza humana más conectada que nunca. Debemos abrazar nuestra diversidad, y centrarnos en establecer la unidad para que la paz a largo plazo pueda tener cabida en el mundo.
Sin embargo, actualmente estamos viendo lo contrario. Tanto los países musulmanes como los no musulmanes están anteponiendo sus propios intereses por encima de los intereses del mundo en general, y están traspasando todos los límites de la equidad y la moralidad a cambio de alcanzar sus propios objetivos.
Con las reminiscencias de los días oscuros del pasado, se están formando bloques y alianzas opuestas, y parece que el mundo está empeñado en invitar a su destrucción.
Hoy en día, hay una gran cantidad de países que han conseguido bombas nucleares y otras armas destructivas que tienen el potencial de destruir a la civilización tal como la conocemos. ¿Quién puede asegurar que estas armas nunca se usarán, o que no terminarán en manos equivocadas? Basta un error de cálculo o un paso en falso para que las hostilidades desencadenen lo impensable. Las consecuencias de tal guerra son inimaginables, pero es seguro afirmar que el mundo nunca volverá a ser el mismo.
Si alguna vez se usan armas nucleares, no sólo seremos nosotros quienes suframos las consecuencias; nuestros hijos y las generaciones futuras tendrán que sufrir por nuestros pecados. Generaciones de niños nacerán con discapacidades intelectuales y físicas, y sus sueños y esperanzas se verán quebrados sin que sea su culpa.
¿Es ese el legado de despedida que deseamos dejar a los que nos siguen?
¡Ciertamente que no!
Por lo tanto, en lugar de avivar las llamas del odio, ya sea por diferencias religiosas o étnicas, o por objetivos políticos, debemos reconocer las señales de advertencia y cambiar nuestras actitudes antes de que sea demasiado tarde.
Unámonos todos, al margen de nuestras diferencias, y trabajemos con un espíritu de respeto mutuo, tolerancia y afecto, por la paz del mundo y por la libertad de creencia.
Que Dios conceda sabiduría e inteligencia a quienes causan conflictos en nombre de la religión, y que prevalezca la paz y la justicia. Amén.
Con estas palabras, quisiera expresarles mi agradecimiento, una vez más, por acompañarnos esta noche. Muchas gracias”.
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