Page 36 - Geopolítica del Mundo Actual. Una Visión Multidisciplinar
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 GEOPOLÍTICA DEL MUNDO ACTUAL. UNA VISIÓN MULTIDISCIPLINAR: Cultura de Paz, Conflflictos, Educación y Derechos Humanos
  arma política.
Se ha retornado a una fuerte securitización
y tiene lugar una militarización de las fronteras terrestres, aéreas y marítimas, mientras aumenta el patrullaje y las operaciones en lo que Estados Unidos de América define como perímetro inmediato de seguridad, que incluye al Gran Caribe, la frontera Sur y la zona del Golfo de México.
El tema migratorio, con características de bisagra al impactar en lo interno y en lo externo, se ha militarizado, lo cual ha engendrado tensiones, demandas y denuncias en foros regionales, ha creado fricciones con países del continente, pero no ha implicado necesariamente un deterioro considerable de las relaciones con gobiernos aliados y socios.
La narrativa racista y xenófoba de la administración de Trump y la insistencia en levantar un muro en la frontera con México, sus discursos antiinmigrantes y las inconcebibles ofensas (El Presidente llamó “países de m....” a Haití y a El Salvador) resultan contraproducentes a su interés nacional, aunque tampoco han tenido una respuesta decidida por parte de los países afectados (Walters, 2018).
En función del“cambio de régimen”en Cuba, Venezuela y Nicaragua se combinan y utilizan todos los instrumentos del poderío nacional con énfasis en el uso o amenaza de la fuerza. Pero se refuerza el empleo de los medios económico-comerciales, político-diplomáticos, ideológicos, mediáticos, informacionales, campañas de desinformación y comunicacionales, procedimientos propios de la Guerra No Convencional, en consonancia con la aplicación de la Guerra de Cuarta Generación (Lind and Thiele, 2015). Paralelamente, se alienta la usanza de procedimientos parlamentarios y judiciales, llamados golpes blandos, y los métodos tradicionales y golpes de estado duros.
La República Bolivariana de Venezuela es el “caso-test” más importante de la política hacia la región. Declarada como una amenaza extraordinaria e inusual desde la Administración de Barack Obama (BBC Mundo, 2015), cuestión que fue renovada por Trump en el 2018 y en el 2020, ha sido amenazada con planes de intervención militar de manera abierta (Bandow,
2018). Paralelamente, se le ha estado aplicando de manera cruenta y sistemática la Guerra de Cuarta Generación (4G) con el fin de establecer los cimientos que justifiquen una intervención y el derrocamiento del Presidente Nicolás Maduro sin buscar una solución negociada al conflicto.
Los organismos regionales del sistema interamericano han acompañado el empeño y se han disfrazado de legitimidad mediante las posiciones del Grupo de Lima y las sanciones impuestas al gobierno bolivariano de Venezuela por parte de Canadá y la Unión Europea (Europa Press, 2017).
En este sentido es justificado valorar la triangulación Cuba-EE.UU.-Venezuela. La Administración Trump parte de la visión de que la situación política, económica y social en Venezuela es de una gran vulnerabilidad e impacta negativamente a la Isla, la cual se convierte en la otra cara de la moneda en el binomio: Cuba-Venezuela. La implementación de políticas de EE.UU. hacia ambos países está estrechamente relacionada con los planes para el cambio de régimen bajo la apreciación de que ambos gobiernos enfrentan grandes riesgos de estabilidad dado sus entornos domésticos y un limitado apoyo de los países de la región, donde la correlación de fuerzas favorece a gobiernos aliados de Estados Unidos de América.
La OEA y el activismo de su actual secretario general, Luis Almagro, favorecen los objetivos estadounidenses hacia la región, los cuales se fortalecieron con la creación del Grupo de Lima el 8 de agosto 2017, pero dañados por los efectos de la VIII Cumbre de las Américas de abril 2018 en Lima (Hakim and Shifter, 2018).
A última hora, el presidente Donald Trump decidió no asistir a la magna cita alegando que tomaría decisiones transcendentales respecto al conflicto sirio (Wierson, 2018).
La Cumbre de Lima se inició a sólo días de la dimisión por corrupción del entonces mandatario peruano Pedro Pablo Kuczynski (El País, 2018), el cual des-invitó al Presidente electo Maduro, mientras se destapaban escándalos e investigaciones en toda América Latina a Presidentes y ex presidentes, así como a miembros de sus administraciones por casos de corrupción
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