Page 35 - Geopolítica del Mundo Actual. Una Visión Multidisciplinar
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 GEOPOLÍTICA DEL MUNDO ACTUAL. UNA VISIÓN MULTIDISCIPLINAR: Cultura de Paz, Conflflictos, Educación y Derechos Humanos
  (Trump, 2017b).
Acorde con la Estrategia de Seguridad
Nacional de 2017 (NSS), la Estrategia de Defensa Nacional del 2018 (Defense Department, 2018), las posturas de los Comandos regionales unificados (South Command, 2018), y el informe de inteligencia sobre las amenazas globales del 2018 (Director of National Intelligence, Daniel Coats, 2018), la política exterior y de seguridad favorece el uso y/o amenaza de la fuerza en una actuación global más unilateral, con el fin de recuperar “cuotas de hegemonía perdidas” y prevalecer desde la fuerza.
En las narrativas de estos documentos estratégicos predomina el uso del poder duro, sobre el poder suave, lo cual se ha puntualizado en un menor financiamiento al Departamento de Estado y a la Agencia para el Desarrollo de Estados Unidos de América (USAID) (Dan De Luce, 2018).
Esto afecta las capacidades críticas no- militares, como la diplomacia pública, económica, comercial y la llamada “ayuda” al desarrollo. Sin embargo, aún y subordinadas a posiciones de fuerza, y, en función del cambio de régimen, se hace uso de estos medios, así como los ideológicos, culturales e informacionales para avanzar sus objetivos en un diseño de políticas específicas para cada país, región o asunto particular.
Sin dejar de utilizar su influencia en los mecanismos multilaterales, en los casi cuatro años en el poder de la Administración Trump, el gobierno se ha decantado por opciones más unilaterales (Longaric, 2017). La salida del Acuerdo de París sobre cambio climático, la decisión de abandonar las negociaciones del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (en inglés: Trans-Pacific Partnership, TPP), la reducción del financiamiento al sistema ONU y a otros organismos internacionales y regionales, la retirada de la UNESCO y del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, la salida de la OMS en plena pandemia de COVID 19, las imposiciones a otros miembros de la OTAN para que aumenten sus gastos de defensa, y la amenaza de abandonar la Organización Mundial del Comercio han ampliado los niveles de desconfianza entre sus aliados tradicionales, pues sus propuestas son incoherentes tanto en
lo táctico, como en lo estratégico (AFP, 2018), (Dempsey, 2018).
Y, sin embargo, estas son las posiciones que predominan en el partido republicano, amén que en la sui géneris convención nacional, celebrada entre el 24 y el 27 de agosto de 2020 en Charlotte, Carolina del Norte, se tomó la decisión de no aprobar una plataforma partidista, algo inédito en la tradición política estadounidense contemporánea, y que evidenció que las posiciones de Donald Trump “L’État, c’est moi” fueron asumida sin dudas, ni controversias.
Por su lado, en la plataforma partidista demócrata, aprobada en la Convención Nacional que tuvo lugar 17 al 20 de agosto de 2020 en Milwaukee, Wisconsin, existe un extenso capítulo dedicado a “la renovación del liderazgo americano” que propone una recomposición de las alianzas tradicionales y no tradicionales de Estados Unidos de América y un epígrafe que reconoce la necesidad de la cooperación en temas trasnacionales como “la salud global y el cambio climático” (2020 Democratic Party Platform).
Proyección de la política de EE.UU. hacia América Latina y el Caribe
La proyección de dominación hacia la región mantiene su valor estratégico y el enfoque radica en consolidar su hegemonía y dominación en América Latina y el Caribe, bajo los preceptos de la Doctrina Monroe, a través de una mayor militarización, lo cual constituye una amenaza a la declaración de la región como zona de paz de la Cumbre de la CELAC en La Habana en 2014 (CELAC, 2014).
En las políticas de seguridad hemisférica prevalece el empleo del poder duro, sin abandonar los mecanismos diplomáticos, con énfasis en la lucha contra el crimen trasnacional organizado, dirigido a acciones anti-terroristas, antinarcóticos y anti-migrante (Feinberg, 2017). Los pretextos de injerencia se basan en la llamada “lucha contra la corrupción y la criminalidad”, para lo cual la propuesta radica en “profesionalizar” a los órganos militares, de la policía y de seguridad en los países del área, e impulsar las reformas judiciales como
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