Page 19 - Geopolítica del Mundo Actual. Una Visión Multidisciplinar
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GEOPOLÍTICA DEL MUNDO ACTUAL. UNA VISIÓN MULTIDISCIPLINAR
Cultura de Paz, Conflictos, Educación y Derechos Humanos
Como señalamos antes, la tarea de construir la paz y trascender los conflictos y guerras regionales y globales no puede abandonarse por completo a la voluntad y las acciones de los líderes políticos. Lo que se necesita no es una dirección política, sino un liderazgo moral. Además, el liderazgo moral no puede imponerse por razones instru- mentales, es decir, trabajar empleando los elementos como medios para un fin. Lo que necesitamos es una enorme empresa pedagógica como modo de «cultivar» la humani- dad. El camino aquí trazado consiste en una relación estrecha entre los conceptos de «cultura» y «cultivo» (Kultur en alemán). Como dice Kant, la cultura es «la producción en un ser racional, de una facultad que le hace capaz de proponerse fines a su arbitrio»5. La centralidad del cultivo de la razón tiene por meta la educación de la humanidad. Por lo tanto, la educación de la humanidad para la paz es un proceso teleológico hacia la realización de lo que Kant y Fichte llaman el «destino del hombre» (Bestimmung des Menschen). La tarea de la educación es dotar de una segunda mirada a una paz conformada por la política. Aquí la meta no es solo tener paz, sino también ser aptos para la paz. Así entendida, la paz no es perma- nente ni completa; de hecho, la base que la hace posible está siempre presente en el destino del hombre y las condiciones para su florecimiento en las sociedades humanas siempre reaparecerán. No hay una progresión en línea recta desde la guerra hasta la paz. Los días de guerra y conflicto, las regresiones, son inherentes al camino de la paz. En otras palabras, la educación para la paz de la humanidad comienza y finaliza con sabiduría práctica y razonamiento crítico. Sin esos dos proyectos, la política de la paz tendería a ser defectuosa e ineficaz. El examen autocrítico que debe hacerse la humanidad no se basa en la posesión de la paz, sino en si estamos en condiciones de crearla y conservarla. Para seguir el camino de Kant, también podemos afirmar que la educación para la paz requiere reunir a la gente en un marco de interacción no coercitivo. Por tanto, la consolidación de la paz es un esfuerzo de crear un mejor entendimiento de la otredad del otro.
El esfuerzo de consolidación de la paz está así acompañado de la libertad de prejuicios, exclusión y predominio. Por lo tanto, parte esencial de la definición y práctica de una cultura de la paz es una educación no violenta que desa- rrolle la misión del entendimiento mutuo. Esto suscita dudas acerca del valor de la formación cívica como proceso individual y como proceso que emprende una comunidad. La educación no consiste en aprender hechos, sino en cultivar el propio juicio para poder distinguir entre lo que es mediocre y lo que es espiritualmente noble. En este contexto, el ciudadano no es ningún experto, y la educación cívica en la política, fundamental para la vida
del ciudadano, no es un techné. Es indudable que, en el concepto de lo político, el ciudadamo está mejor considera- do que el político y burócrata experto. El ciudadano, a diferencia del creyente, no cree que sus verdades sean eternas y provengan del cielo. En consecuencia, la sabidu- ría práctica (phronesis) de lo político no está vinculada a un conocimiento teórico, sino a una experiencia de diálogo e ilustración de los individuos. Como dice Kant en su carta de 1778 a Christian Wolke, «lo único que se necesita no es un aprendizaje teórico, sino el Bildung de los seres huma- nos en correspondencia con sus talentos y su carácter»6. Aquí, el término educación no tiene el sentido convencio- nal. Si las cosas son así en el contexto de lo político, la educación no consiste en repetir e imitar los valores ya heredados y aceptados por el colectivo, sin también en ser capaz de crear nuevos valores y normas de forma autóno- ma. Desde luego, no se trata de una tarea ideológica, sino filosófica, ya que consiste en la exploración de constantes preguntas nuevas y en la reactivación del proceso de pensar. Este proceso de pensar constituye una estrategia eficaz para la consolidación de la paz en el mundo actual, en el que la pedagogía para la paz no es algo articulado ni practicado por los habituales políticos, profesionales e investigadores de las relaciones internacionales.
5 Kant, Immanuel, Critique of Judgment, vol.5 de Kants Gesammelte Shriften, ed. Preussischen Akademie der Wissenschaften, Berlín. Walter de Gruyter, 1900-: p. 431 (trad. de Alejo García Moreno y Juan Rovira, Crítica del juicio, Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. Edición digital basada en la edición de Madrid, Librería de Iravedra, 1876, disponible en http://www.cervantesvirtual.com/nd/ark:/59851/bmcxs5p8 [consultado el 15-11-2016]).
6 Citado por Munzel, Felicitas G., Kant on Moral Education, or “Enlightenment” and the Liberal Arts, en Review of Metaphysics 57 (1), septiembre de 2003: p. 43 (la traducción es mía).
Cátedra Unesco de Resolución de Conflictos 16