Page 15 - Geopolítica del Mundo Actual. Una Visión Multidisciplinar
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 GEOPOLÍTICA DEL MUNDO ACTUAL. UNA VISIÓN MULTIDISCIPLINAR
Cultura de Paz, Conflictos, Educación y Derechos Humanos
Immanuel Kant nos advierte de que el objetivo de la educación «debe ser la moralización del hombre». La teoría educativa que propugna Kant está estrechamente relacionada con su creencia en el progreso moral de la humanidad, que, según él, es el proceso autoarticulado y autorrealizado de alcanzar la madurez intelectual. No obstante, Kant considera este proceso de autoeducación de la humanidad como un proceso cosmopolita lento y gradual. «Nuestra única esperanza», afirma Kant, «es que cada generación, provista de los conocimientos de la anterior, sea cada vez más capaz de concebir una educa- ción que desarrolle de modo proporcionado y conforme a su fin los dones naturales del hombre, e impulse de esta forma el progreso de toda la raza humana hacia su destino».
Siguiendo a Kant, el argumento que defenderé es el siguiente: la adquisición de la sabiduría moral es un proceso dinámico que dura toda la vida, un periplo formativo o un proceso de autocultivo personal y cultural, e incluye un esfuerzo por construir la paz y la no violencia. Por esta razón, la sabiduría moral solo puede surgir de la coordinación de la paz y la educación dentro del marco de la cultura. Esto nos lleva a la pregunta de qué significa la palabra cultura en nuestro mundo posmoderno, transcul- tural y globalizado.
La palabra «cultura» se emplea con tanta frecuencia en el discurso público y privado, que rara vez nos molestamos en exponer lo que entendemos por cultura. Todos damos por supuesto que estamos hablando de lo mismo cuando empleamos la palabra «cultura». Naturalmente, cuando decimos que alguien es «culto» no queremos decir que haya acumulado una gran cantidad de conocimientos. De acuerdo con Kant, la cultura está relacionada con las metas más altas de moralidad y civilización y con un puro ideal del hombre honorable (honnête homme). Pero, a diferencia de Kant, Hegel sitúa el orden ético en el espíritu de cada nación. «Espíritu» es una traducción del término alemán Geist, que también significa «mente», y se refleja en la cultura o mentalidad colectiva de una nación. Para Hegel, la cultura no es solo una fuerza dinámica, sino también la experiencia de un espíritu común a todas las épocas. Se trata de la expresión del alma de una nación y de la revelación dinámica de su mentalidad colectiva. En este contexto, el concepto hegeliano de Bildung se describe como la capacidad de un individuo o una nación para cultivarse en el ejercicio de funciones que reflejen las virtudes de la gran sociedad. De acuerdo con Hegel, este proceso educativo de una nación se entiende como el proceso de llegar a ser a través de compromisos históricos y culturales. En consecuencia, cualquier ejemplo del devenir cultural de una nación toma forma por medio de un lenguaje determinado, y todo lo que el lenguaje es capaz de abarcar se incluye en la esfera de esa cultura. Hegel está refiriéndose, por tanto, a la esencia espiritual de
Emmanuel Kant
Hegel, la cultura no es solo una fuerza dinámica, sino también la experiencia de un espíritu común a todas las épocas. Se trata de la expresión del alma de una nación y de la revelación dinámica de su mentalidad colectiva. En este contexto, el concepto hegeliano de Bildung se describe como la capacidad de un individuo o una nación para cultivarse en el ejercicio de funciones que reflejen las virtudes de la gran sociedad. De acuerdo con Hegel, este proceso educativo de una nación se entiende como el proceso de llegar a ser a través de compromisos históricos y culturales. En consecuencia, cualquier ejemplo del devenir cultural de una nación toma forma por medio de un lenguaje determinado, y todo lo que el lenguaje es capaz de abarcar se incluye en la esfera de esa cultura. Hegel está refiriéndose, por tanto, a la esencia espiritual de una nación. Afirma que un espíritu nacional subsiste en la forma de «vida interna de un pueblo». Es lo que el llama Volkgeist. Para Hegel, la legitimidad de un Volkgeist concreto se mide según los procesos de autoformación alcanzados y por alcanzar. El espíritu genuino de un pueblo, según él, se refleja en su capacidad para identifi- carse con las tradiciones que lo conforman. Por lo tanto, Hegel consideraba que el Volkgeist era «la sustancia libre que se conoce a sí misma». Pero este proceso de autocono- cimiento viene definido por lo que Hegel llamó Bildun- gprozess, la «transición desde una sustancialidad ética que es inmediata y natural hasta otra que es infinitamente subjetiva, al mismo tiempo reflexiva y elevada a la forma de universalidad». Así pues, Hegel equipara el Volksgeist o el espíritu de una nación al proceso de autocultivo de esa nación, por lo que todas las naciones son «desarrollos internos» de su espíritu. El espíritu de cada nación repre- senta el alma de la nación; en consecuencia, cada nación establece su identidad al alcanzar un proceso de autofor- mación. Dicho de otra manera, el espíritu genuino de un pueblo se refleja en su capacidad para identificarse con las tradiciones que lo conforman. Pero este proceso de autoconocimiento se desarrolla dentro de la historia.
   Cátedra Unesco de Resolución de Conflictos 12
  


























































































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