Page 34 - Geopolítica del Mundo Actual. Una Visión Multidisciplinar
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 GEOPOLÍTICA DEL MUNDO ACTUAL. UNA VISIÓN MULTIDISCIPLINAR
Cultura de Paz, Conflictos, Educación y Derechos Humanos
soteriológica. Gauchet, por el contrario, niega dicho análisis y se reafirma en la idea de que vivimos la época de un imparable y creciente alejamiento de Dios que ha logrado su máxima amplitud. Según esto, el humanismo contemporáneo es el del hombre definitiva e irrevocable- mente sin Dios. Dios y el ser humano, cree, están separados del todo como no lo estuvieron nunca en la historia de Europa y, probablemente, también en la historia mundial. Una dinámica separadora que “desantropomorfiza lo divino y borra de lo humano todo lo que podría aún subsistir en él de una participación incluso lejana en lo divino”. Lo sagrado perece y es sustituido por el “absoluto terrenal”, que reviste diversas formas en un mundo desencantado.
Rorthy comparte la opinión de Weber de que la sociedad actual no tiene oído para lo religioso (desarrollar siguiendo “El futuro de la religión”).
Causas del retorno de la religión
El posible retorno de las religiones revista especial comple- jidad y no admite una explicación monocausal. En él han podido confluir varios factores. He aquí algunos:
- La aceleración ilimitada de los avances científicos en todos los campos, y muy especialmente en el de la biogené- tica plantea dudas éticas. En esos casos se tiende a recu- rrir a la religión para encontrar criterios éticos que permitan discernir dichos avances. Hay, por ejemplo, una fuerte e intensa presencia confesional de carácter cristia- na en el nacimiento, desarrollo y control de la bioética.
- Se aprecia una sensación de vacío ante la crisis de las ideologías y el fracaso, al menos parcial, de las grandes utopías forjadas por la modernidad.
- El paso tan rápido de sociedades monoculturales y monorreligiosas a sociedades cultural y religiosamente plurales genera inseguridad y plantea todo tipo de proble- mas.
- Los colectivos inmigrantes que se sienten discriminados y desprotegidos en sus derechos básicos tienden a apelar a la religión como instancia que ayuda a sobrellevar las frustraciones e incomprensiones provocadas por una acogida poco solidaria y a fortalecer las bases de cohesión social. Ambas funciones pueden jugar un papel importante en el proceso de reconstrucción de la identidad y de la integración11.
- Lo que explica la repolitización de la religión hoy es, a juicio de Ander Gurrutxaga, es la “metamorfosis de Dios”: en unos casos, como en el islam, por la multisecular unión entre religión y política; en otros, como en la iglesia evangélica renacida, por la defensa de la tradición; en el caso de España, por la reorganización y repolitización de la jerarquía eclesiástica y los movimientos neoconservadores frente al avance de la secularización12.
Todos estos fenómenos, observa certeramente Salvador Giner, demuestran empíricamente que la modernización puede sufrir, y de hecho está sufriendo, regresiones y que, como condición necesaria para su sobrevivencia, es necesario incorporar a la teoría de la modernización y a su dimensión secularizadora elementos no previstos, como el de la posibilidad de fanatización de algunos sectores de la sociedad y la reconversión de algunas tendencias religio- sas por el camino de “una relativa resacralización del universo hipermoderno”13.
El propio Giner cree que debe ser matizada la tesis de Max Weber de la progresiva secularización del mundo y de la consiguiente pérdida del misterio que ella implica, sobre todo a tenor de lo sucedido tras el análisis del sociólogo alemán. El socavamiento parcial de las grandes religiones no ha traído consigo la llegada de una sociedad completa- mente agnóstica. Lo ha advenido es el surgimiento de nuevas religiones y el recrudecimiento de los fundamenta- lismos. Se mantienen con vigor la superstición, la astrolo- gía y la magia.
¿Es verdad que la modernidad nos exonera de ídolos y dioses? Giner responde afirmativamente, pero con no pocos matices (pp. 140 ss). “Continúan en gran medida visiones encarnadas en ídolos que impriman orden y den dirección trascendente a lo comunitario e identificaciones que estructuren emocional y simbólicamente nuestras vidas y exorcicen nuestros anhelos, congojas y perplejida- des. Todo ayudado por la liturgia, el rito y el ceremonial” (p. 140).
Jürgen Habermas cree, a su vez, que la comprensión de la tolerancia de las sociedades pluralistas implica dos exigencias: por parte de los creyentes, que en su relación con quienes tienen otro credo religioso y con las personas no creyentes, tienen que hacerse a la evidencia de contar con la persistencia indefinida del disenso; por parte de los no creyentes, han de hacerse a la misma evidencia en la relación con las personas creyentes. A Habermas le parece que la neutralidad del poder del Estado en materia de cosmovisiones, que garantiza iguales libertades éticas para cada ciudadano y ciudadana, resulta incompatible
  11 Cf. Varios, “Emigrantes y refugiados: un desafío ético”: Concilium 248 (agosto 1992); Varios, “Transgresión de fronteras: ¿surgimiento de nuevas identidades?”: Concilium 280 (abril 1999); Rosa Aparicio, Andrés Tornos y Jesús Labrador, Inmigrantes, integración, religiones, Universidad Pontificia de Comillas, Madrid, 1999; Juan Goytisolo y Sami Naïr, El peaje de la vida, Aguilar, Madrid, 2000; Varios, “Los retos de las migraciones”: Iglesia Viva 2005 (2001).
12 Cf. Ander Gurrtxaga, “La institución lobby: la religión en la política. El reencuentro de la religión con la política en contextos múltiples”, en Alfonso
Pérez-Agote y José Antonio Santiago (eds.), Iglesia y política en la sociedad española, UCM-Editorial Complutense y CIS, Madrid, 2008, pp 67. 13 C. Giner, Carisma y razón. La estructura moral de la sociedad moderna, Alianza Ensayo, Madtid, 2003,
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 Cátedra Unesco de Resolución de Conflictos
 














































































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